jueves, 14 de octubre de 2010

El domingo 17 nos visita el filial del Cadiz C.F


História.En 1968 se consumara el descenso de Tercera División a la categoría de Preferente (por entonces no existía la Primera Andaluza).

Paco Baena, un delantero que marcó historia en el Cádiz, fue testigo directo del descenso ya que en la temporada 67/68 jugó con el Balón de Cádiz, antes de subir a la primera plantilla amarilla, aunque en realidad el Balón no siempre ha sido un club filial.

Para Paco resultaba "increíble ver el seguimiento que tenía, ya que cuando jugábamos se llenaba la grada de preferencia".

Según datos del colaborador histórico del Cádiz, Juan Sevilla, la fecha de registro oficial del equipo data del 11 de febrero de 1948, aunque tiene artículos que señala que su presentación fue el 11 de noviembre de 1944.

Paco Cervera fue uno de los directivos que vivieron la época dorada del equipo en los años 60, en los que estuvo a punto de disputar una fase de ascenso a Segunda división. Paco recuerda que "había un acuerdo con la Corporación municipal para compartir el Carranza entre el Cádiz y el Balón, con preferencia para el equipo que estuviera en una categoría superior. Además de jugadores también dio muchos directivos al Cádiz, entre ellos a Irigoyen".

Entre los jugadores se pueden destacar a Juanito Mariana, que llegó al Barcelona, Manolín Bueno, que jugó en el Real Madrid, o Agüero, que vivió esa temporada 62/63 en la que se rozó la fase de ascenso y que asegura que "era un equipo extraordinario con Moncho de entrenador, estuvimos todo el año en el segundo puesto y al final el Ceuta y el Algeciras fueron los que se clasificaron".

Martín José García es el actual presidente de un club que en 1995 estuvo a punto de desaparecer por problemas con los estatutos. Por eso, para Martín "este ascenso sería una gran ilusión, porque los balonistas sabemos que es un equipo con solera que se merece estar ahí arriba y agradezco a Quique González y al técnico la labor que han realizado".

Pero, precisamente el entrenador advierte que "aunque el grupo está mentalizado hay que amarrarlo y será difícil", concluye Jesús Casas.